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Paulo Freire. La educación como práctica de la Libertad

Paulo Freire. La educación como práctica de la Libertad

25-Feb-2016 CDI AlFaes Preparatoria

La obra de Paulo Freire, esta marcada por una profunda pasión por la libertad humana, y al mismo tiempo, una rigurosa y siempre renovada búsqueda de una pedagogía de la emancipación, generadora de “democracia militante”. Su filosofía de la educación se basa en una pedagogía volcada en la práctica, en la acción transformadora: "la mejor manera de pensar, es pensar en la práctica" decía.

Su pedagogía rechaza la idea de neutralidad por considerar que "la neutralidad no es posible en el arte educativo y en el acto educativo” y él desde luego apuesta por los más desfavorecidos.

En “Educación como práctica de la libertad" plantea que la educación puede ser vía de cambio, camino de libertad para excluidos y oprimidos, herramienta, por tanto, de liberación; idea que comparto plenamente; pero no de una forma ingenua “si es verdad que la ciudadanía no se construye apenas con la educación, también es verdad que sin ella no se construye la ciudadanía”

Esta pedagogía tiene, en este inicio del siglo XXI, plena vigencia, pues, desde mi punto de vista, la sociedad que retrata en este libro permanece intacta en muchos aspectos. Es verdad que tenemos mejores condiciones de vida (eso sí en occidente), pero nuestra sociedad está, sino cerrada, en transición. Donde el sectarismo o lo irracional prima en todas las facetas de la vida de las personas, tanto pública como privada, como pone de manifiesto la dolorosa realidad de la violencia de género, el acoso o la violencia gratuita contra los más desprotegidos; la violencia escolar; en el trabajo; la violencia internacional etc. Situaciones que emergen ante la falta de conciencia crítica, generadora del hábitat “del homo intransitivo”, acomodado, pasto fácil de la magia, del engaño, del sectarismo.

Sus idea de que el dominio de la palabra, el saber escribir, el saber leer, solamente tienen sentido si se traduce en una mejor lectura del mundo, una mejor lectura del contexto del hombre que le hace estar en el mundo, en la realidad para transformarla me parece de plena vigencia.

Freire considera que los hombres tienen que tomar sentido de su propia existencia para poder ser personas, esa toma de conciencia supone capacidad de contextualizar su existencia y la de sus semejantes, este paso genera concienciación y radicalismo que sitúa y adapta al ser humano a la realidad.

El siguiente paso es desarrollar una mirada crítica ante nuestra realidad, que supone capacidad de discernimiento de su yo, de valorarlo, de juzgarlo con criterio propio, lejos de las interferencia de quienes intentan convencernos que vivimos en el mejor de los mundos posibles, las élites dominantes; los medios de comunicación de masas, sumisos a esas mismas élites, la sociedad de consumo que nos empuja a convertirnos en seres acomodados. En la medida que eduquemos en la transitividad, más barreras levantaremos frente al engaño del consumo, que todo lo inunda de mensajes vacíos, falsos, generadores de frustración, germen del odio. Creo significativo el ejemplo que utiliza de ciertas marcas de cigarrillos en que aparece una bella chica en bikini, sonriente y feliz, me parece de una actualidad completa, como igualmente ocurre en la percepción de los mismos engaños en la propaganda ideológica y política, en los eslóganes, a los que tenemos que hacer frente, especialmente en la España de nuestros días.

Este proceso culmina con el actuar, con el compromiso radical que implica vivir hasta sus últimas consecuencias la democracia, lo que implica compromiso social, político, sindical, en los nuevos movimientos, en cualquier tipo de plataforma de participación, que genera una democracia que no rehuelle el conflicto, sino por el contrario, se nutre de él para mejorarse, para transformarse en esperanza, de utopía transformadora y posible.

Freire insiste mucho en la idea de que solo se puede vivir en democracia, con una práctica educativa democrática, que respete profundamente la diversidad cultural, la existencia del otro, que busque la igualdad y salude la diferencia.

Estas ideas deben aplicarse vivamente en los diferentes ámbitos educativos de nuestro “meta sistema mundo” en permanente conflicto. En el sistema europeo, y en el subsistema español o extremeño. Realidades sociales que deben tornar el conflicto, en espacio de reconocimiento recíproco de confrontación, pero también de negociación.

La construcción de una ciudadanía activa, de un sujeto histórico, se favorece con una marcada intencionalidad educativa reconociendo, nuevamente, los límites de la educación, pero nada se pueda hacer sin ella.

Tomado de EDUCASOCIATIC.