Paulo Freire. La educación como práctica de la Libertad
La obra de Paulo Freire, esta marcada por una profunda pasión por la libertad humana, y al mismo tiempo, una rigurosa y siempre renovada búsqueda de una pedagogÃa de la emancipación, generadora de “democracia militanteâ€. Su filosofÃa de la educación se basa en una pedagogÃa volcada en la práctica, en la acción transformadora: "la mejor manera de pensar, es pensar en la práctica" decÃa.
Su pedagogÃa rechaza la idea de neutralidad por
considerar que "la neutralidad no es posible en el arte educativo y en el
acto educativo†y él desde luego apuesta por los más desfavorecidos.
En “Educación como práctica de la libertad" plantea que la educación puede
ser vÃa de cambio, camino de libertad para excluidos y oprimidos, herramienta,
por tanto, de liberación; idea que comparto plenamente; pero no de una forma
ingenua “si es verdad que la ciudadanÃa no se construye apenas con la
educación, también es verdad que sin ella no se construye la ciudadanÃaâ€
Esta pedagogÃa tiene, en este inicio del siglo XXI, plena vigencia, pues, desde
mi punto de vista, la sociedad que retrata en este libro permanece intacta en
muchos aspectos. Es verdad que tenemos mejores condiciones de vida (eso sà en
occidente), pero nuestra sociedad está, sino cerrada, en transición. Donde el
sectarismo o lo irracional prima en todas las facetas de la vida de las
personas, tanto pública como privada, como pone de manifiesto la dolorosa
realidad de la violencia de género, el acoso o la violencia gratuita contra los
más desprotegidos; la violencia escolar; en el trabajo; la violencia
internacional etc. Situaciones que emergen ante la falta de conciencia crÃtica,
generadora del hábitat “del homo intransitivoâ€, acomodado, pasto fácil de la
magia, del engaño, del sectarismo.
Sus idea de que el dominio de la palabra, el saber escribir, el saber leer,
solamente tienen sentido si se traduce en una mejor lectura del mundo, una
mejor lectura del contexto del hombre que le hace estar en el mundo, en la realidad
para transformarla me parece de plena vigencia.
Freire considera que los hombres tienen que tomar sentido de su propia
existencia para poder ser personas, esa toma de conciencia supone capacidad de
contextualizar su existencia y la de sus semejantes, este paso genera
concienciación y radicalismo que sitúa y adapta al ser humano a la realidad.
El siguiente paso es desarrollar una mirada crÃtica ante nuestra realidad, que
supone capacidad de discernimiento de su yo, de valorarlo, de juzgarlo con
criterio propio, lejos de las interferencia de quienes intentan convencernos
que vivimos en el mejor de los mundos posibles, las élites dominantes; los
medios de comunicación de masas, sumisos a esas mismas élites, la sociedad de
consumo que nos empuja a convertirnos en seres acomodados. En la medida que
eduquemos en la transitividad, más barreras levantaremos frente al engaño del
consumo, que todo lo inunda de mensajes vacÃos, falsos, generadores de
frustración, germen del odio. Creo significativo el ejemplo que utiliza de
ciertas marcas de cigarrillos en que aparece una bella chica en bikini,
sonriente y feliz, me parece de una actualidad completa, como igualmente ocurre
en la percepción de los mismos engaños en la propaganda ideológica y polÃtica,
en los eslóganes, a los que tenemos que hacer frente, especialmente en la
España de nuestros dÃas.
Este proceso culmina con el actuar, con el compromiso radical que implica vivir
hasta sus últimas consecuencias la democracia, lo que implica compromiso
social, polÃtico, sindical, en los nuevos movimientos, en cualquier tipo de
plataforma de participación, que genera una democracia que no rehuelle el
conflicto, sino por el contrario, se nutre de él para mejorarse, para
transformarse en esperanza, de utopÃa transformadora y posible.
Freire insiste mucho en la idea de que solo se puede vivir en democracia, con
una práctica educativa democrática, que respete profundamente la diversidad
cultural, la existencia del otro, que busque la igualdad y salude la
diferencia.
Estas ideas deben aplicarse vivamente en los diferentes ámbitos educativos de
nuestro “meta sistema mundo†en permanente conflicto. En el sistema europeo, y
en el subsistema español o extremeño. Realidades sociales que deben tornar el
conflicto, en espacio de reconocimiento recÃproco de confrontación, pero
también de negociación.
La construcción de una ciudadanÃa activa, de un sujeto histórico, se favorece
con una marcada intencionalidad educativa reconociendo, nuevamente, los lÃmites
de la educación, pero nada se pueda hacer sin ella.
Tomado de EDUCASOCIATIC.